lunes, 4 de octubre de 2010

"Pas de politique sans ennemi": Julien Freund y la ontología de lo político

Julien Freund, ontólogo de lo político en el tiempo de las ideologías, elaboró su gran obra, L'essence du politique (1965) para superar una decepción: la del joven activista de izquierdas, militante de la Resistencia, que después de la II Guerra mundial descubre la traición de la casta política a los ideales que les animaban en la lucha. Lejos de caer en la desesperación, Freund, de nación lorenesa (1921) y afincado en el pueblo de su mujer, Villé, en el corazón de los Vosgos, hasta su muerte (1993), abandonó toda vinculación con la politiquería izquierdista de la postguerra y se dedicó a estudiar la raíz de la política. Esta no es ni mala ni buena en sí misma. Tampoco conservadora o progresista, de derechas o de izquierdas, al menos en lo sustancial. Asentada en el presupuesto de la insociable sociabilidad del hombre, su configuración histórica está determinada por lo que Freund, uno de los realistas políticos más destacados del siglo XX, denominó "presupuestos de lo político".
Estos presupuestos, en número de tres, registran su fuerza gravitante allá donde el ser humano se manifiesta, en la experiencia histórica, como animal político. Mando y obediencia, público y privado, y amigo y enemigo son pues la expresión dialéctica de la politicidad en la historia. De este mondo, no hay política sin que unos manden y otros obedezcan; sin que lo público y lo privado se acoten o delimiten recíprocamente; sin que la enemistad cuestione el principio de identidad sobre el que todas las agrupaciones políticas pivotan. Estos son precisamente algunos de los signos del verdadero "realismo político".

Fotografía: Julien Freund a mediados de los años 80 en su mesa de trabajo.